jueves, 24 de enero de 2013

Amanda Todd y los riesgos sociales en las TIC’s.

Retomo el Blog para escribir acerca de una noticia que me ha conmocionado y la cual me ha parecido de gran interés para concienciar a la gente del gran riesgo social que suponen las TIC's a los menores de edad, especialmente. El análisis que voy a plasmar a continuación es uno de los trabajos que he realizado para la asignatura de 2º año Pedagogía de la Socialización del Grado en Pedagogía, que como dije anteriormente, estoy cursando.

Análisis desde el punto de vista educativo:

Amanda Todd y los riesgos sociales en las TIC’s.

Una de las manifestaciones emergentes de riesgo social infantojuvenil manifestada en las TIC’s más sonadas en los últimos días, es el caso de Amanda Todd. Amanda Todd era una niña canadiense de 15 años de edad que fue víctima de Grooming (“riesgo social telemático que se caracteriza sociológicamente, por el engaño de una persona adulta a un menor a través de softwares de conversación, cuyo objetivo es conseguir imágenes de contenido erótico del menor que posteriormente, el acosador utilizará para coaccionarle y extorsionarle” Extraído del libro Pedagogía de la Socialización de M. P. Lebrero y M. P. Quicios), ciberacoso (“hostigar, molestar, intimidar o amenazar a personas o entidades usando medios informáticos, realizados por un adulto a un menor”  Extraído del libro: Pedagogía de la Socialización de M. P. Lebrero y M. P Quicios), Bullying (acoso escolar producido entre menores que suele darse durante un largo periodo de tiempo) y Ciberbullying (similar al ciberacoso, pero producido por menores).

El pasado 10 de Octubre de 2012, Amanda fue encontrada muerta en su casa de Port Coquitlam. Las causas de su muerte no se han desvelado, pero todo apunta a que fue un suicidio ya que un mes antes, la joven había colgado en YouTube (sitio Web donde los usuarios pueden compartir y subir vídeos de uso privado o público) un vídeo de 9 minutos, titulado: “Mi historia: lucha, acoso, suicidio, daño” en el que explicaba sólo mediante el uso de tarjetas escritas, el acoso que sufría desde hacía 3 años.


Amanda conoció a su acosador a través de una videoconferencia, el cual la convenció (después de haber conseguido sus datos) para que mostrase su cuerpo desnudo. Año después, el agresor la encontró de nuevo vía Facebook (Red Social) y amenazó a la joven de mostrar la foto a su gente más cercana si no volvía a hacerlo. Su amenaza se cumplió y la policía se personó en casa de la chica una madrugada avisando de que la foto había sido distribuída a familiares, amigos y profesores. Amanda no consiguió deshacerse de su acosador, ya que un año después éste creó un perfil en Facebook en el cual la foto principal era el cuerpo de la joven desnuda.

Tras 3 años sufriendo grooming por parte de su agresor, pero además sufriendo bullying por parte de sus compañeros de escuela, los cuales le acosaban, le amenazaban e incluso le propiciaron palizas tras las fotografías publicadas, Amanda decidió quitarse la vida con tan sólo 15 años de edad.

El caso de esta chica es un claro ejemplo de la poca información que disponen los jóvenes actualmente, ya que una medida preventiva como es: no haber facilitado datos personales a un desconocido o no publicar datos personales en redes sociales (ya sea nombre y apellidos, direcciones, etc.) podría haber evitado que esta chica hoy no estuviese entre nosotros.

En este momento, Amanda se encontraba en un periodo en el que el apoyo moral y emocional es clave en su desarrollo, puesto que los jóvenes durante la adolescencia, buscan su identidad alejándose de los padres, quieren probar cosas nuevas y necesitan un apego seguro que haga crecer su autoestima y su autoconcepto. Tal vez esta chica era lo que buscaba en la red, conocer a gente con la que compartir sus inquietudes.

El proceso conocido como Grooming se divide en tres fases:

  1. En la primera fase llamada “de amistad” es el momento en el que el agresor se gana la confianza de la joven haciéndola creer que tiene su misma edad, preguntándola por sus gustos, preferencias, etc. Se podría decir que es el primer contacto que tuvo Amanda Todd con su agresor.

  1. En la segunda fase, conocida como “de relación”, el adulto va haciendo preguntas al menor más personales como por ejemplo: datos personales (dónde vive, cómo se llama, si tiene hermanos…), en qué ambiente se mueve, si tiene amigos, etc.  Su objetivo es ganarse la simpatía o crear una dependencia emocional por parte del menor, lo que hace confundirle haciéndole creer que podría ser un buen amigo o que puede desahogarse con él ya que le entiende perfectamente (lo que un adolescente busca en esta edad, comprensión). Después de haber conseguido esto, el adulto no dudará en conseguir su verdadero objetivo.

  1. En la tercera fase o fase de actuación, conseguida la confianza del menor, intenta convencer al menor para obtener material pornográfico o de naturaleza sexual. Podría ser en esta fase cuando el agresor le pidió a Amanda que le mostrase sus pechos desnudos y sería a partir de aquí cuando la joven empezó a recibir amenazas.

Bajo mi punto de vista, conocer estas fases son un factor clave a tener en cuenta para saber detectarlo e incluso prevenirlo a tiempo. Pero, ¿qué podemos hacer para prevenirlo? Lo principal será concienciar a los más pequeños de que las TIC’s, además de ser unas grandes herramientas que nos facilitan el día a día, también son un riesgo considerable que no debemos pasar por alto. Debemos advertirles de que toda la información que introducimos en la red puede estar controlada, que no debemos fiarnos de nada ni de nadie mientras estamos navegando y que debemos evitar crear perfiles en donde aparezcan nuestros datos personales como: nombre y apellidos (conveniente el uso de pseudónimos), números de teléfono, domicilio, etc.

Otro aspecto a tener en cuenta, es que los padres compartan con sus hijos el manejo de las TIC’s, ya que en ocasiones la llamada “brecha digital” facilita que se produzcan estos riesgos sociales emergentes. Para todos aquellos padres que no deseen asumir esta actividad, deberían restringir el uso a sus hijos como por ejemplo, evitando que usen ordenadores portátiles (los cuales disponen de webcams la gran mayoría) o colocando los ordenadores en zonas comunes donde podamos controlar todo aquello que hagan.

En la escuela, se pueden realizar actividades o terapias que favorezcan las relaciones entre los compañeros y sirvan también para detectar posibles avisos de riesgos sociales (como el bullying).

La mayoría de las víctimas que han sufrido una manifestación de riesgo social de estas características mantienen serios traumas psíquicos, psicológicos e incluso físicos que duran para toda la vida, como pueden ser problemas de personalidad o depresiones.

En España, la ley no está capacitada para luchar contra este riesgo social, puesto que el agresor recibe un castigo reclusorio o económico dependiendo del nivel del delito cometido, sin más y el menor queda bajo la responsabilidad de los educadores que se encargan de su recuperación.

¿De qué apoyos disponen las familias? Entre otros:


En este análisis me he centrado en el grooming, pero no debemos pasar por alto aquellos otros riesgos sociales telemáticos de gran importancia como son: el ciberacoso, el ciberbullying o el morbing, que al igual que el grooming podemos evitar si informamos bien a los más pequeños y tomamos en cuenta las medidas preventivas que se citan más arriba.

Espero que os sirva de gran ayuda para informaros e informar a los demás. Si tenéis alguna pregunta no dudeis formularla.

 ¡Acabemos con esto! Yo ya te he informado, pasa la bola...